Que nos pidan el RUT es una práctica recurrente, incluso para verificar si nuestra compra puede optar a algún tipo de descuento.
¿Te ha pasado que cuando vas a comprar a algún supermercado o a alguna tienda del retail te piden el RUT al momento de pagar?
Pues bien, ésta es una práctica recurrente, incluso en algunas farmacias para verificar si tu compra puede optar a algún tipo de descuento.
Lo que debes tener claro es que como cliente no tienes ninguna obligación de dar a conocer tu número de identificación personal.
¿Puedo negarme a entregar mi RUT en el comercio?
En una publicación del Consejo para la Transparencia (CPLT) en su sitio oficial, la corporación autónoma de derecho público aclara que la entrega del RUT es voluntaria y sí es posible negarse.
“La entrega del RUT es voluntaria y es posible negarse ante una solicitud si se identifican cláusulas abusivas de tratamientos cuando los términos y condiciones de tratamiento de datos constituyen cláusulas de adhesión y el consumidor se ve ‘forzado’ a aceptar dado que se condiciona la contratación de un bien o servicio. Esto constituye una violación a la Ley de Protección de los Derechos de los Consumidores y en ese caso se sugiere denunciar la situación al Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC)”, expone la publicación.
“En el caso de que un comercio limite el acceso a números de atención sólo a personas que den su número de identificación, aunque sea sólo para consultar sobre un producto, esa recopilación del dato parece excesiva. Si se trata, en cambio de una atención de salud, pedir el RUT puede no percibirse como desproporcionado si previo a la atención necesitan identificar al usuario del servicio y asociarlo a su plan y coberturas de salud”, agrega.
¿Cuándo se deben entregar el RUT y otros datos personales?
Además del RUT, también llamado RUN (Rol Único Nacional), es bastante común que en el comercio se pida el correo electrónico, domicilio o un teléfono de contacto.
Desde el CPLT apuntan a la importancia de aprender a aplicar un principio reconocido por la ley de protección de datos personales: el de proporcionalidad. Éste permite decidir cuándo entregar información personal y cuándo optar por no hacerlo.
Por ejemplo, en un contexto de consumo de bienes y servicios, la entrega y tratamiento de datos personales puede depender de las condiciones de la compra y venta. Si compro un par de zapatos de manera online, tendré que entregar mi dirección para fines de despacho. También me podrían pedir mi teléfono o algún contacto para facilitar la entrega.
¿Por qué tengo que cuidar la entrega de mi RUT u otro dato personal?
La advertencia de controlar a quién damos nuestro RUT se sustenta en que permite inferir otros datos personales o sensibles. Cruzar este número identificador con información de otras fuentes o bases de datos, permite determinar por ejemplo mi domicilio, ingresos, situación socioeconómica, patrones de consumo, es decir, qué productos o servicios compro e incluso mis hábitos personales.
Esto es muy importante, porque mi estado de salud -si entrego mi RUT en una farmacia asociado a la compra de un medicamento-, o mis compras del supermercado –que permiten establecer hábitos de alimentación, por ejemplo- son datos sensibles y están bajo mayores niveles de protección acorde a la ley.
¿De qué me sirve no entregar datos personales si ya lo tienen instituciones del Estado o empresas?
En un escenario de masiva circulación de datos y de la llamada “datificación”, la negativa permanente a que accedan a información personal es poco practicable. La idea, señalan desde el Consejo para la Transparencia, es que la entrega de datos personales se haga bajo reglas lo más claras posibles, de manera de que el titular de esa información personal pueda tener control sobre ésta.
¿Qué hacer si se vulnera mi derecho a que cuiden mis datos personales?
El uso de datos personales regulado por la Ley de Protección de Datos Personales dispone como regla general que su tratamiento sólo puede efectuarse cuando hay autorización legal o consentimiento expreso del titular. En el caso de un procedimiento judicial, el tribunal competente para conocer sobre el asunto es el juez de letras en lo civil del domicilio del responsable del tratamiento de datos. Se deben señalar la infracción cometida y los hechos que la configuran, y deberán acompañarse medios de prueba que permitan acreditarla. Una vez escuchadas las partes y dictada sentencia, se podrá apelar ante la Corte de Apelaciones.
Ahora, en contextos de consumo, es decir, en la compra o venta de bienes y servicios, la eventual entrega y posterior tratamiento de datos personales está regida por la Ley Protección de los Derechos de los Consumidores. Ante una sospecha de vulneración, la persona puede ingresar un reclamo ante el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC).